Cuando me explicaban
evolución en el instituto, siempre me quedaba la impresión de que
había un ingeniero fantástico (habitualmente Dios) detrás de todo
y con un plan muy bien diseñado.
Pero no, la evolución
no funciona así: la lucha personal por el éxito reproductivo (la
selección natural) garantiza que hechos fortuitos en
la historia (cambios climáticos, catástrofes naturales, cambios en
el relieve o incluso actos individuales sin aparente relación con la
supervivencia de una especie) marquen el diseño de un organismo en
el futuro.
Así, la caída de un
meteorito hace 60 millones de años provocó la extinción de los
dinosaurios y garantizó que hoy en día los mamíferos dominemos la
Tierra, en vez ser unos pequeños animales no mas grandes que ratas
(que es el futuro que cabría haber esperado). Al igual que es
probable que si Hitler no hubiera invadido Rusia, ahora yo estaría
escribiendo en alemán.
Por eso, lo que
evolutivamente es una buena solución en un cierto momento, se
convierte en rareza o imperfección en un nuevo futuro.
Consideremos a los
pandas gigantes, esos ambles osos que perteneciendo al orden
carnívoro han adaptado su dieta alimenticia al bambú. Se sientan
erguidos y dedican diez o doce horas diarias a la interesante
actividad de manipular tallos con las patas delanteras y comerse las
hojas mas tiernas.Para lograrlo, disponen
en sus patas delanteras de un pulgar flexible oponible al resto de..
¡sus cinco dedos!.
Realmente el panda no tiene seis dedos, sino que
un hueso de la muñeca (el sesamoide radial) ha crecido tanto (se ha
hipertrofiado) que hace la función de un pulgar.
Esta imperfección del
panda muestra a las claras como funciona la evolución y es, a la
vez, prueba de la misma. Como todos los mamíferos evolucionaron de
un mismo ancestro de cinco dedos, todos tiene esos cinco dedos; pero
adaptados de forma diferente a volar (ala de un murciélago), andar
(nuestro pie), nadar (aleta de un delfín) o desgarrar (garra del
gato) o comer bambú (cinco dedos tipo garra mas un sesamoide que
hace de falso pulgar).
Un ejemplo paralelo que
nos puede ayudar a comprender este aspecto de la evolución lo
tenemos en la evolución tecnológica.
Los teclados
normalizados de los ordenadores son descendientes directos de los
teclados de las máquinas de escribir y que se conocen popularmente
como QWERTY, en honor a las seis primeras letras de la primera fila.
Esta disposición es
poco ventajosa a la hora de escribir rápido (en inglés,
claro), ya que las letras mas usadas en inglés (vocales incluidas)
se hallan dispersas por el teclado, en vez de estar en la fila
principal (la segunda). ¿Por qué no lo están?.
El prototipo del teclado
QWERTY data de una máquina de escribir de 1860 de carro plano de
papel (no de carro de rodillo, que son las conocidas por todos). Al
pulsar una tecla, el otro extremo del metal golpea el papel de manera
invisible, por lo que era común al escribir rápido atorar las
teclas y producir un apiñamiento, que impedía seguir escribiendo y
que había que eliminar manualmente (tirando). Por eso se
diseñó un teclado que primaba evitar el apiñamiento que la rapidez
de escritura.
máquina de escribir con teclado QWERTY y teclas apiñadas
máquina de escribir con teclado QWERTY y teclas apiñadas
A partir de ahí, la
primacía de QWERTY sobre otros teclados se empezó a asegurar, al
ser elegido por la mayoría de las empresas en la década de 1890
sobre otros teclados mas rápidos. Pero otro hecho fortuito y con
poca relación contribuyó a su dominio total: la competición entre
dos métodos diferentes de enseñar mecanografía y taquigrafía, se
saldó con una competición pública entre ellos, en la que el
método basado en QWERTY aplastó al otro método... gracias a que el
mecanógrafo QWERTY escribía sin mirar a las teclas (como hacen
todos los mecanógrafos hoy en día).
La publicidad generada
popularizó a QWERTY y ya no pudo ser desbancado, pues era mas
económico mantener un teclado universal que enseñar a todo el mundo
a escribir en un teclado diferente.
Como consecuencia todos
usamos un teclado normalizado, imperfecto y poco eficiente en la
distribución de teclas en inglés....... aunque escribamos en
español.
Al igual que la
imperfección del teclado normalizado de un ordenador es prueba de la
evolución tecnológica, la existencia de la imperfección del falso
pulgar del panda (en vez de un pulgar verdadero, como el nuestro), es
prueba de la evolución biológica.
Como dice Stephen J.
Gould (famoso biólogo divulgador de la ciencia) en su libro “El
pulgar del panda”: “La naturaleza es una magnífica chapucera,
no un divino artífice”.