Definitivamente
el corral está revuelto en nuestro país. Incluso los alumnos de mi centro
hablan entre ellos, a veces acaloradamente, sobre la cuestión catalana. En el
fondo de esas discusiones gira un concepto: el de democracia. ¿Por qué no
aclarar un poco las dudas?.
La
democracia es otra realidad imaginada de la que hablaba en mi último post. Es
un concepto abstracto que NO EXISTE en la realidad, por lo que no podemos
comparar con la realidad para comprobar lo que ésta es. Comprobar que la
gravedad es siempre atractiva es fácil: basta con soltar un objeto en presencia
de ella y todos veremos que el objeto cae hacia abajo, por lo que todos
estaremos de acuerdo en que la gravedad es atractiva.
Por
el contrario hay o puede haber tantos conceptos de democracia como personas
haya. Así que para definir democracia tendremos que ponernos de acuerdo entre
varias personas sobre su significado. En definitiva: será democracia lo que un
grupo de homo sapiens diga que es democracia. Y puede ocurrir perfectamente que
dos grupos de sapiens tengan dos conceptos diferentes de democracia y no se
pongan de acuerdo. Esto es lo que ocurre hoy en España.
Parece
ser que para los independentistas catalanes, democracia es votar. Da igual, a
lo que se ve, cómo se vota, el qué se vota, quién vota y para qué se vota. Lo
importante es votar. ¿Es esto democracia?.
La
democracia nace en la ciudad-estado de Atenas en 500 aC. De las aproximadamente
300.000 personas que vivían en ella, sólo podían votar los varones adultos que
tenían la condición de ciudadanos, unos 30.000 (un exiguo 10 %). En Atenas
había muchas personas que eran muy importantes para la ciudad (comerciantes por
ejemplo) que nacían y morían en la ciudad, pero no eran ciudadanos y no podían votar, incluidas las
mujeres. ¿Diríamos hoy en día que esto era una democracia en términos
modernos?. No, pero se votaba.
Roma
antes de ser Imperio era una república. También se votaba. Pero sólo votaban
(otra vez) los varones adultos con la ciudadanía romana. Y el sistema estaba
amañado, de forma que los aristócratas tenían mucho mas poder decisorio en las
votaciones que los que no lo eran. De hecho la mayor parte de los magistrados y
los jurados eran elegidos de las élites dominantes: los Julios (Césares), los
Bruto, los Cecilio, los Escipiones ocupaban generación tras generación los
cargos mas altos. Y al ser ellos mismos jueces y reos, era muy difícil que los
juicios fueran ganados por la otra parte. Esto es lo que ocurre cuando no hay
separación entre el poder judicial y el legislativo. Hoy diríamos que eso no
era democracia… pero se votaba.
Cuba,
año 2017. Un dictador, hermano de otro dictador, dirige con mano de hierro la
república cubana. Sólo hay un partido (puedes ser comunista o comunista).
Teóricamente cualquiera puede ser elegido, pero si no tienes poder dentro del
partido comunista nunca saldrás elegido. Pero
se vota.
Podemos
concluir que la democracia no consiste sólo en votar. Hay que exigir mas
garantías. Un aspecto fundamental es la legalidad en la que se desarrolle la
votación. La legalidad afecta al qué se vota y al cómo se vota.
Supongamos
que en la comunidad autónoma de
Andalucía andamos locos por votar que se quite el derecho de voto a las mujeres
o a los homosexuales. Esto es ilegal porque nuestra Constitución dice que no
podemos ser discriminados por razón de sexo u orientación sexual. ¿Nos
parecería correcto y democrático celebrar un referéndum en Andalucía para lo
dicho?. Creo que a nadie nos lo parecería. ¿Por qué entonces hay muchas
personas que sí se lo parece si lo que se vota es algo igual de ilegal como es separar Cataluña de España?.
La
respuesta es sencilla: no lo ven igual porque no quieren verlo igual. Puede mas
su deseo, su imaginación de una Cataluña lliure,
que la fuerza de los argumentos. Están dispuestos a olvidar lo que sea y a
hacer lo que sea para conseguir su sueño.
Porque
en democracia también es muy importante la forma en la que se consigue realizar
las cosas. El referendúm se ha celebrado
vulnerando las leyes de España, al ir en contra de la constitución; las leyes
del estatuto de Cataluña, por la forma en la que se aprobó en el parlamento
catalán; la ley del referéndum aprobada por ellos mismos (cambiaron, por
ejemplo, la forma de votar minutos antes de empezar). ¿Cómo puede ser
democrático una votación en esos términos?. Y Además la forma de celebrarlo:
sin censo, sin junta censal, sin urnas ni papeletas oficiales, votando la misma
persona varias veces, votando niños, votando sin identificación, votando en la
calle, con urnas llenas antes de empezar; en fin sin un recuento fidedigno de
votos.
Este
aspecto de legalidad es básico, pues la legalidad es lo que garantiza el
derecho de todos. La frontera entre mi derecho y el tuyo es la ley. Si la
frontera la marca alguien, ese alguien pondrá sus derechos muy por encima de
los míos (el ancho del embudo para mí y el estrecho para ti, es algo muy
tentador para un homo sapiens). Nunca sabremos seguro cuales son mis derechos,
serán los que ellos, a conveniencia, digan que son.
Que
no se dude: un verdadero demócrata es el que defiende la ley de una democracia,
la acata y, si no le gusta, la intenta cambiar mediante pautas legales. Lo
contrario acabará, sí o sí, en abuso del más débil.
En
democracia los cambios en la Constitución, deben ser muy bien pensados. Porque
la Constitución señala el camino de las normas fundamentales de convivencia
ente los miembros de la comunidad. O sea, los españoles. Por eso resulta
inquietante esta pregunta: ¿Para qué se quiere separar Cataluña de España?.
Vivimos
desde hace miles de años en un proceso de globalización. Se piensa que la
globalización es algo nuevo. Pero no es cierto, ya estaba en la conversión de
bandas de cazadores-recolectores en aldeas, éstas en ciudades y las ciudades en
imperios. Lo que ocurre es que el proceso se ha acelerado en el último siglo.
Y
ahora que por fin la unión es tal que las guerras salen mas caras que la paz y
que Europa y España gozan de un nivel de bienestar nunca vistos, ¿se pretende
trazar mas fronteras que nos debilitan, nos dividen y generan menos bienestar?.
Y no es un invento, ya Cataluña lo vive con la fuga de empresas y la huida
masiva del turismo. ¿Un corralito financiero en la nueva república genera
riqueza o la destruye?. ¿Estar fuera de Europa genera riqueza o la destruye?.
¿Para qué entonces?. Todo se hace parar “ser libres”.
Y
volvemos a la idea inicial. Para los independentistas ser “libres” es más
importante que ser “demócratas” o tener más “bienestar”. Como democracia,
libertad y bienestar son realidades imaginadas, es perfectamente factible hacer
las tres compatibles en cualquier mente, subordinando si hace falta las
segundas a la primera: basta con ponerse
de acuerdo entre ellos sobre lo que significa ser libres (ser independientes
de España), ser demócratas (votar lo que ellos digan que es legal y cómo ellos
digan que es legal) y tener bienestar (vivir en una Cataluña libre sea cual sea
su realidad económica y social).