Ayer tuve una clase divertida en cuarto de ESO. Tan
divertida que, no recuerdo cómo, terminé mencionando a Aníbal.
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¿Y ese quién es?- preguntó un alumno.
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Desde luego que poca cultura…- contesto con
sorna y una sonrisa en los labios.
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A mi suena de una peli- dice otro.
A
saber de qué peli le sonará a éste, pienso para mi mismo.
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Aníbal- digo- fue el general cartaginés que cruzó
los Alpes con los elefantes y derrotó a
los romanos en la batalla de Cannas.
-
¿Qué es eso de una cana?- salta el alumno.
Así que hablo un poco de Aníbal
y les digo que es una historia muy interesante. Me pican para que la cuente
pero yo no muerdo el anzuelo, ya que su intención es perder la clase de física
que es mucho mas aburrida, dónde va a parar. Así que les prometo escribirla en
el blog.
Corre el año 221 aC. Aníbal Barca se hace
elegir jefe del ejército de Cartago en Hispania. Ha mamado desde pequeño el
odio hacia Roma que su padre Amílcar Barca (Baraq, el rayo) le ha inculcado.
Un odio que nace del convencimiento,
labrado a sangre y fuego durante la primera guerra púnica, de que Roma sólo
entiende un lenguaje: morir o vencer. Roma pierde una, dos, cien batallas pero
siempre gana la guerra.
Así que Aníbal prosigue la
tarea de su padre: la conquista definitiva de Hispania y el restablecimiento
del poderío militar y económico de Cartago. Pero una ciudad amiga de Roma se le
opone. Es Saguntum y su toma, a pesar de las advertencias romanas, es el
comienzo de la segunda guerra púnica. Guerra que Aníbal sabía que terminaría
por llegar.
Los romanos pensaban ganar
la guerra de forma fácil trasladando dos poderosos ejércitos: uno a África para
atacar Cartago y otro a Hispania para endentarse a Aníbal. Pero Anibal tiene otros planes: en una decisión
táctica y estratégica genial, decide pasar con su ejército atravesando los Alpes
en octubre de 218 aC,
lo que parecía imposible en esa época del año. Tiene muchas pérdidas pero se presenta
en territorio galo-romano, liberando tribus e incorporando guerreros galos a sus
filas, lo que le permite recuperar las terribles pérdidas del paso alpino.
Cuando llega a Italia derrota
a los ejércitos romanos en tres batallas consecutivas: Ticino. Trebia y lago Trasimeno.
Sus victorias fueron tan contundentes y su prestigio tan grande que durante dos
años Roma solo se dedicó a hostigar a Aníbal, evitando una batalla frontal pero
observando impotente la devastación de su territorio.
Por fin, en agosto de 216 aC Roma conjuró el mayor
ejército que jamás había puesto en un campo de batalla: 87.000 hombres y caballería, lo mejor de la
república romana (hasta entonces legiones imbatibles) perfectamente armados. Aníbal se les oponía
con unos 50,000 hombres, muchos ellos galos poco fiables y disciplinados.
La batalla tuvo lugar en
Cannas un campo cerca de un rio. Los romanos pusieron a su infantería en el
centro ocupando una extensión de kilómetro y medio, formando filas muy
profundas en hombres, y dos destacamento de caballería en los extremos. Aníbal
opuso una infantería en el centro con los galos delante y los veteranos fiables
detrás, con un doble objetivo: evitar la huida de los galos (y el hundimiento del
ejército y su posterior destrucción) y poder moverse hacia los extremos. Su
caballería pesada (mas potente) se opuso a la ligera romana y su caballería ligera
númida a la pesada romana, confiando en la habilidad de los númidas para
contener a la poderosa caballería romana.
Al comenzar la batalla, el
centro romano atacó a los galos de Aníbal que se fueron retirando poco a poco,
mientras que los extremos del ejército de infantería se mantenía firme con
algunos veteranos. Con el tiempo la línea cartaginesa se convirtió en una media
luna hacia afuera mientras los veteranos de Aníbal se trasladaban poco a poco hacia los lados, reforzándolos y alargando
la media luna, formando un semicírculo.
Mientras tanto la caballería
númida contenía a la romana y la caballería cartaginesa destroza a la ligera romana,
quedando libre para atacar a la pesada romana por la espalda. La huida de los jinetes romanos permitió a la caballería
cartaginesa rodear por la espalda a las legiones romanas, que quedaron
atrapadas entre la media luna de los hombres de Aníbal y sus jinetes. La infanteria estaba tan junta dentro de la bolsa que los hisotriradores antiguos decían que los legionarios no podian ni alazar sus escudos. Después la
carnicería: unos 70.000 romanos muertos
Cannas está considerada la
mayor obra de arte bélica de la historia y a Aníbal el mayor general. Lástima
que de ella consiguiese escapar vivo un joven que mas adelante consiguió la
derrota definitiva de Cartago y su gran general.. pero ésa es otra historia.