Hace mucho, mucho tiempo, un profesor era esa persona que podía darle a
tu hijo los conocimientos y educación necesarios para que tu hijo pudiese vivir
un futuro mejor que el tuyo. Mejor, desde luego, que el de la gran mayoría de padres que
llevaban a sus hijos a la escuela pública; padres humildes que eran hijos de la
guerra civil o de la posguerra franquista.
En esos tiempos el profesor tenía autoridad, era muy respetado por todos
y sus palabras, recomendaciones y opinión eran casi ley para muchas personas.
Desgraciadamente ese concepto del profesor hace ya tiempo que yace
enterrado en una profunda tumba, casi una fosa común, desconocida y olvidada.
Para muchas capas de la sociedad sólo son visibles nuestras amplias
vacaciones, nuestros horarios limitados con pocas horas de clase y nuestros muy
buenos sueldos (en su opinión, claro). Somos, a sus ojos, funcionarios
privilegiados que tienen el honor (a veces dudoso, según el alumno que te toque) de cuidar a sus hijos
, cuando no entretenerlos. Y aprobarlos a ser posible.
Pero los políticos hablan bien de nosotros. Somos el pilar de la
sociedad, la Educación es lo mas importante para un pueblo y nosotros somos las
piezas básicas y todo eso.
Todo queda en agua de borrajas cuando se les pide que se comporten
conforme a sus palabras. No saben lo que hacemos y por qué lo hacemos,
nos fríen a tareas burocráticas, nunca nos consultan; jamás toman en
consideración nuestra opinión cuando se la damos en informes que ellos nos
piden … pero que duermen el sueño eterno en cajones. Insisten en que enseñemos
en forma y manera que sus propios técnicos desconocen. Podría seguir muchas
líneas mas. No merece la pena.
Los pedagogos, psicólogos y psicopedagogos nos ven como cavernícolas de
la era de los dinosaurios, anclados cabezonamente en la prehistoria educativa.
“Quieren enseñar sólo conocimientos”, dicen unos. “ No saben lo que son las
competencias”, dicen otros. “No conocen las deficiencias educativas de los
niños y cómo abordarlas”, dicen todos ellos. Nos ven como seres mortales, no
como los superprofes capaces de explicar ciencias a cualquier nivel educativo a niños con
síndrome de down, hiperactivos, disléxicos, sordos, sordomudos y
cualquier otra cosa que se os ocurra y en la que ellos si son capaces.
Y para colmo algunos profes somos masoquistas. Unos nos empeñamos en
serlo a tiempo completo: si en agosto os encontráis en la playa a un friki
leyendo un libro titulado “un científico a la orilla del mar”, ten por seguro
que es un profesor de física e incluso que se llame Centeno. A otros les
encanta irse de viaje con alumnos a sitios lejanos... para después no dormir,
muertos de responsabilidad. Y mas.
¿Por qué, entonces, seguimos aquí?. Por el vil metal, faltaría mas. Pero
os aseguro que el profesor que está sólo por dinero, acaba pasándolo muy mal..
o pasando de todo.
Vosotros los alumnos, hacéis que esto sea soportable. Que el curso
próximo empecemos con fuerzas renovadas. Vuestro reconocimiento y esfuerzo es
nuestro éxito.
Y si además hay feeling con un curso, el sentimiento es.......
Por eso, desde este blog, que también es vuestro, os doy las gracias.
Gracias Marina, por tus palabras en mi blog.
Gracias Laura, por tu esfuerzo en química.
Gracias Pepe, por ayudarme siempre que te lo pedía.
Gracias a mis alumnos de física por elegir física.
Gracias Conchi...... por ser Conchi.
Gracias Amparo, Celia, Alexis, Paula, Aurea, (y algún otro) por venir a verme algunos
jueves por la tarde.
Gracias a todos por aceptar mis suspensos casi tan bien como mis
aprobados.
Gracias Carmen por tu simpatía casi continua.
Gracias Alejandra por tu atención permanente.
Gracias Miguel Angel por tus palabras del miércoles.
Y gracias a todos por insistir en invitarme a vuestra fiesta.
Ahora empieza para vosotros una nueva etapa. Sois universitarios o lo seréis
en breve, dentro de un par de meses. El Llanes os ha enseñado a volar. Hacedlo
alto y bien.
Desde aquí muestro mi admiración a profesores como usted que con vuestra implicación, perseverancia, atención e implicación, conseguís dar valor a esta profesión tan imprescindible, que esta sociedad tanto necesita, como es la enseñanza. Gracias por sus clases y por su contribución al mundo. Un saludo. Alberto Muñoz Caracuel.
ResponderEliminarGracias a usted, por ser lo bastante duro como para que aprendamos y lo bastante bueno como para que no nos vengamos a bajo. Ha sido y será uno de los mejores profesores que he tenido, un profesor capaz de hacer que cualquier alumno se enamore de su asignatura, uno de los pocos profesores que da alegría de encontrarse. Espero que la vida le vaya muy bien y que encuentres alumnos que te valoren como es debido. Muchisimas gracias por ser como eres, una gran persona y profesor. Un saludo. Alejandra Rojas Vergara
ResponderEliminarGracias por vuestras amables palabras. Os lo agradezco, pero he de confesar que no estoy tan contento con las notas finales de selectividad. Aunque os he dicho muchas veces que el principal responsable de sus nota es el propio alumno (y sigo pensándolo), también hay que decir que cuando alumnos buenos obtienen notas por debajo de lo esperado es el momento de que el profesor evalúe críticamente su trabajo y busque errores. En ello estoy .
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