HUMOR CIENTÍFICO

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"Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados" A. Einstein

miércoles, 31 de octubre de 2018

LA LARGA MARCHA


    Sábado por la mañana. Desayuno viendo un refrito del programa “Got Talent”. Un repartidor hipster de cerveza de mil kilos  intentar comer mas de ochenta flanes en minuto y medio. Sólo consigue comer setenta y dos, mancharse la barba de flan y provocarse arcadas a si mismo, a Risto Mejide y ,casi, a mi.  Después, un anciano de setenta y muchos años al que tiembla el micrófono (no por nervios) canta una especie de rap bajuno, dedicado a un amigo al que han abandonado:
                          Que te como el pepe,
                            que te lo voy a comer,
                            con jamón de pata negra,
                            y un poquito de paté
       Vuelven las arcadas al jurado (había que ver la cara de Edurne). A mí se me atragantan los churros. Lamentable.
   Por último una chica danza un baile clásico al ¿ritmo? de una música horrorosa. Sorprendentemente pasa al siguiente nivel, lo cual demuestra el poco “talent” del programa y del jurado. Hombre, no todo el mundo puede bailar eso, pero de ahí a “tener talento” va un mundo, cuando hay cientos de chicas como ella.
   ¿Qué es lo que nos pasa para que haya personas que se crean que pueden llegar a ser  héroes cuando hacen cosas estúpidas?.   ¿Por qué el talento sólo se busca en lo inútil o que reporta poco a mejorar nuestra vida?.  
   Pienso en los antihéroes, aquellos  que nunca aparecerán en ”got talent”:  alumnos que se matan en el bachillerato para ser médicos, arquitectos, físicos. Tengo que escribir algo para ellos.
    Entonces me acuerdo de Stephen King,  un maestro de novelas de terror,  muchas de las cuales han sido la base para guiones de grandes películas. Lo que poca gente sabe es que también escribe novelas,  y muy buenas, de ciencia-ficción y fantasía (como “los ojos del Dragón”). Una de ellas me recuerda mucho a la etapa por la que pasan los alumnos del bachillerato.
   La novela se llama “La larga Marcha”. En un país del futuro la sociedad lleva una vida altamente vigilada por un sistema político muy autoritario. Las únicas vías de escape son “juegos” salvajes, ofrecidos a todo el pueblo por televisión las 24 horas. Uno de los mas seguidos es “la Larga Marcha”.
  El juego consiste en andar por una carretera muy larga (tipo la ruta 66 en Estados Unidos) a un ritmo determinado. Si bajas del ritmo te dan un aviso para que aceleres. Si vuelves a bajar el ritmo, te dan un segundo aviso y al tercero te disparan  y mueres. No hay meta y sólo hay un ganador, qué es el único que sobrevive. En el sitio exacto de cada muerte se levanta un mojón para aumentar la tensión sobre los participantes  . Por supuesto, el ganador es un héroe y la cantidad de dinero que obtiene es astronómica.
   La novela se centra en el juego pero también, como tema transversal, describe el ambiente agobiante, el tipo de sociedad carente de libertad que lo soporta. Por ejemplo uno de los participantes es el hijo del presidente-dictador, que lo hace harto del autoritarismo de su padre.            
           El bachillerato es, salvando las distancias, como una larga marcha de dos años. Con el objetivo de llegar mas lejos que otros alumnos, tan lejos como la nota de corte de la facultad elegida. No vale con “andar”, por aprobar. Hay que seguir el ritmo de los mejores, si es que quieres entrar en la facultad que deseas. Esto último es especialmente cierto en facultades de ciencias, como medicina o el doble grado de matemáticas y física.
     En la novela hay mojones en la línea de salida, a  los pocos pasos de ella o muy lejos de ella, pero demasiado cerca de la meta. Igual pasa el en bachillerato: hay alumnos que ni siquiera vienen a clase y hay otros que se ve desde el momento cero que no van a dar muchos pasos y dejarán los estudios muy pronto.
    También hay corredores que no saben a qué están jugando y se dan cuenta, demasiado tarde ya, de que no aguantarán el ritmo infernal y que van a morir pronto. En el bachillerato hay alumnos que  no hacen nada para cambiar el ritmo. Siguen al paso de tortuga de secundaria, pensando que ya vendrán tiempos mejores, esperando el milagro de que el profe te apruebe. Por supuesto puede ocurrir que aprueben…. o puede que pongan un mojón con su nombre cerca de la meta.
    Pero no nos pongamos trágicos: El bachillerato es una maratón, no una carrera a muerte en un cuento de ciencia-ficción…… siempre  y cuando no quieras hacer medicina o biotecnología, claro. Pero es una maratón: o comprendemos la importancia del esfuerzo diario permanente o no llegaremos a la meta.
   Por eso es tan importante para el alumno comprender en profundidad en qué consiste el juego. Y además hacerlo cuanto antes mejor. Por eso, y siguiendo el consejo de mi antigua alumna María, que acabó el curso pasado, animo a mis alumnos de bachillerato a leer el último post que escribí en junio del año pasado.
    Sin embargo, donde encontramos mas diferencia entre la novela y la realidad de los estudios del bachillerato y de algunas de las carreras profesionales que hay detrás, es el resultado final para los ganadores.
   En la novela eres un héroe, multimillonario y apreciado por toda la masa social. En la realidad, la sociedad aprecia poco el tremendo esfuerzo que hay que hacer para llegar a la meta, y más si es una profesión de servicio público, como médico o profesor.
   Es triste comprobar cómo los grandes héroes de hoy son aquellos que, como en el libro de Stepehn King,  sobresalen en el ocio: deportistas (Nadal, Messi, Marc Márquez, Joaquin), artistas (Madonna, Julia Roberts) o incluso modelos de  pasarela. Pero no se valora el esfuerzo para ganar de personas que mejoran nuestra vida o la cambian. Personas que nos salvan la vida (literalmente) pero que nunca serán héroes para la masa social. Sólo servidores.

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